miércoles, 22 de julio de 2015

Perdí las apuestas en la casa de juegos de tu cama
y ahora soy un vagabundo
atado a unas sábanas que respiran miedo
coleccionando balas
en la ruleta rusa de las dudas.
Dejaré de hablar sin vértigo
cuando pueda contarte las pecas
pecando posibilidades entre tus escalones.
A veces, trato de aferrarme a mi propia guerra
con el miedo de volver a respirar,
entre pisadas,
la tierra que mezclaba mitades
al querer mirarte cerrando las ventanas,
los ojos,
y las ganas.

El hielo sigue deshaciéndose
en el hueco milimétricamente perfecto
por el que me hundo;
hecho a tu medida:
metro setenta de excusas
para nadar lineas de rima con tu coño en medio,
entre miedo,
sin ningún febrero midiendo tus medias medidas
en la mitad de la vida y media
que quise medirte,
sin regla
ni tiempo.

Un camino de rosas
girando entorno a tu risa,
tus rectas:
mi órbita;
a modo de nostalgia acumulada:
protagonista en la novela
con la ausencia de un abismo sin suicidio,
banda sonora de todas las películas
que nos montamos.

Así,
paseé por mis derrotas,
o tus inviernos,
no suelo distinguirlos;
y poco a poco,
como si pudiera deletrearte pesadillas
de un otoño sin escrúpulo,
aparecí en cada instante
en que obligaste a vestirse de gala la esperanza
y por arte de magia,
tú seguías ahí,
bebiendo la suerte sin azúcar y con hielo,
sí,
el mismo que se deshacía
entre el hueco de tus medidas
por el que nos hundíamos.



sábado, 6 de junio de 2015

pon me.

Vi plurales en los ojos de lluvia que ponías
mirando de espaldas a ningún lugar,
en la barandilla de unos sueños sin cumplir.
Media vida singularizando vagones
de un tren partido en dos
y sin billetes de vuelta.
Con salida nula
y dieciséis sonrisas de ventaja,
piensas en la existencia de un abismo
capaz de acabar con la carrera,
capaz de romper el plano que hicieron por nosotros
que no se ajustaba a tus medidas:
este mundo no merece tus caderas.

La sed de un desierto sin horario
se cuela por la parte de atrás de las posibilidades.

No sé bailar.
Nunca supe.
Y nadie sabrá imitar
ese vuelo de equilibrios entrecortados
-entreacordados-
frente al sueño de una realidad apenas existente,
casi imaginada: una puta barbaridad.
Hablo del ojalá tatuado en tu espalda,
el deslizo primaveral de tu clavícula
que transforma esta sombra opaca en la que malvivo
en toda una fantasía a mi antojo:
prefiero tu magia a la clarividencia del truco.
El despiste de un sueño sin pellizco,
un laberinto sin prisas,
tus mediasonrisas despertando amaneceres;
serás palacio de gemidos sin tacones
vestida de recuerdos con invierno por delante.

En mitad del choque de un sueño
alguien vomitó borracheras
y llenó de desbordes los precipicios.
Aparecerás tejiendo miradas
y descorchando casualidades a mis parpadeos,
como verte descalza de adioses en cada movimiento
y no ser capaz de brindarte una sonrisa.

Llegaste como un accidente provocado
en forma de papel grisáceo
por cada esquina de una tarde a medio abrir: 
así ciega Dios a quien quiere ver perder.

No sé cómo acabar con ésto
así que ven,
puedes caminar desnuda entre mis versos,
todo es ponerse,
o ponernos,
ya me entiendes.





lunes, 11 de mayo de 2015

le mojó su nunca

Me incrusté eso de a qué sabes,
cómo suenas
o qué suspiras
cuando te saltas todos los semáforos en verde gemido
de mis retinas,
ese sinvivir con,
sin convivir sin
que llevas tatuado en tu ombligo,
o mi órbita,
suelo confundirlos;
como la espera de una eternidad
sin poder domesticar el infinito de un poema sin versos
que entiendan de heridas y de huecos,
de derribos y fracasos:
de todos mis destrozos por tu vida.
Como si cerrara todas las jaulas de miedos
que pretenden separarme de ti,
abro las tormentas de tus ojalás
y te recorro empapado de sol,
a modo de aprendiz necio
girando entorno a una luna que ha dejado de menguar
por un astro que no supo encontrarle las cosquillas.

Tengo monstruos sin sombra dentro de la cama
que me gritan tu nombre cada noche,
y se duermen entre tu coletero y nuestros sueños;
creo que también te echan de menos.
Entonces le doy ventaja a los espacios
e imagino que siempre fuiste ese lugar con el que quise vivir,
ese ápice de utopía en forma de persona,
con forma y conforme en tus caderas,
sin forma de parar esta jauría de palabras
que quiero acariciarte cada primavera
en la que se duerman los monstruos antes que nosotros,
y por fin
sea capaz
de encontrarte las cosquillas.

Como la libertad desnuda y disfrazada de traidora
que quiso sorprender la lluvia
y ésta le mojó su nunca.










domingo, 10 de mayo de 2015

punto y aparte.

Tengo tus miradas tatuadas en mis ojeras
de no-dormir sin despertarlas.

He bebido océanos de miedos con tres o cuatro lunas,
y en cada resaca
siempre aparecía un tú
entrelazado en mis versos,
un porqué a todo este caos,
un porqué no a esta jauría sin celdas
en la que no puedo amanecer entre tus sueños;
ni recorrerte las dudas de punta a punta,
de sueño en sueño,
de gemido en ombligo,
como la histórica historia de la noria histérica
y estéticamente estrellada que son tus suspiros
a pie de orgasmo.

Punto y aparte,
abrepiernas suspensivo cierraparéntesis,
sigo siendo el aprendiz barato de inepto,
intacto sobreviviente al estallido de libertad,
de nostalgia en las pupilas con maratón en tus inviernos;
he bailado resacas en las que no estabas,
he probado primaveras sin pétalos,
incluso he mentido a mi sombra en eso de no mirar al cielo;
toda la vida preguntándome el por qué de las respuestas
que no supe decirte.

Y sigo venciéndome,
acostumbrado a este espacio barra tiempo
sin un nosotros que nos acaricie las heridas,
que nos lama la calma del miedo,
que se ría de la espera vacía del infinito,
saboreando cada calada del reloj
sin tiempo para acostumbrarse a lo eterno.

Sigo existiendo sin ser.
Sigo sin seguir sintiendo la existencia
de no ser capaz de volver a existir.
Sigo sin seguir insistiendo.
Sigo exigiendo existir.
Sigo insistiendo en ser sentido.
Sigo.
Y sigo.
Y sigo.
Y sigo.
Pero tú no vuelves.


miércoles, 29 de abril de 2015

desafinando julio

Los hastaluego de la supervivencia 
en nuestros cuerpos
no tienen sentidos
si los pierdes todos
por otros versos,
donde el tiempo no tiene lugar
cuando los dóndes se quedan sin tiempo
de forjar los pasos por el pasado,
sin pararse a pasar la página
del libro con el que tropieza,
en vez de escribir su propio cuento;
como andar sobrecogido en tus cataratas
sin mojarme,
ni armarme de méritos
de por medio. 
Me emborraché de sueños
y les dí de beber,
con esa sed de bebé recién nacido,
con esa segunda vez
de paracaidista sin miedo a las alturas,
llenando de huidas las excusas,
y de sinsabores los vasos;
de gotas de agua las pesadillas,
y de ganas,
cada paso.

Puedo perderme 
en cada interrogación que ex-clavas 
cuando la única carta que te queda,
son dos sueños que contarme
los domingos por la tarde;
como los treinta de julio 
desafinando nuestra lluvia
sin una llama que nos prenda,
y podamos entender la música
en clave de soles;
y bebernos la tristeza,
irnos por las ramas, 
y abrir la jaula 
que encierra al vértigo que tienes 
de poder volver a volar juntos,
a un mismo ritmo
y entre sudores,
ya me entiendes.


Te besaba despacio para engañar al reloj,
yo, que llené de silencios
los minutos que pasaste a escondidas,
cuando fueron tus sueños
los que salieron de mi cama. 








jueves, 23 de abril de 2015

revuelos de posibles

Creíste en huellas y caminos
como único método de vuelo,
sin saber,
que mis alas se quemaron
por el cielo de tu boca.
Puedes llenar de heridas mi refugio,
de paladares tu nostalgia,
o de vértigos mis palabras,
que yo
siempre nadaré
sin gravedad
entre tus miedos;
como ralentizar el tiempo de salida
cuando llevo veintidós borracheras
más que el hueco
de tus piernas.
Jugué contra tus dudas
y les gané por tres
errores
de indiferencia.

No hay maremoto que sepa
que bucearte los rincones sin paracaídas,
es como tomar
y temer tragar las espinas de la tarde
en que tu invisibilidad 
atravesaba la ventana del miedo,
y pudimos leernos por dentro
hasta hacernos el amor,
y deshacernos los sudores
que flotaban en tu paladar,
a modo de saliva,
o de revolución
ya me entiendes.
Mis condenas sonaban a eco pidiendo auxilio,
haciendo all-in en la última mano
que me echaste 
en ayuda de los sueños
que no me dejaban rescatar 
el amanecer
de entre tus sábanas.

No existe beso
ni prosa,
que te sueñe lo más lejos posible,
sin poder vivir
contigo
un posible más de cerca. 







lunes, 20 de abril de 2015

guerra de ganas

Entre instante y estante
de mis ojeras,
coloqué derribos sin rumbo
ni destino;
pinté de negro todas las rejas 
que gritaban libertad 
entre las sábanas. 
Tengo los huecos 
hechos a tu medida,
cuando a cada poesía,
le faltan tus orgasmos, 
y tu culo de por medio;
como unos versos buscados
por una boca
que no tiene a otra 
que se rinda con ella;
como si volara entre sombras,
y no dejara de ver nadar
a tu sonrisa en gama de grises;
o como si encontrara en tus rincones
una huella de besos
a modo de saliva,
o de sudor,
ya sabes;
y no hubiera una lluvia 
de recuerdos
jodiéndonos las cosquillas;
pidiendo paz,
después de la guerra 
contra las ganas. 

Las noches son más oscuras, 
desde que tus bragas
no vuelan de este a oeste
por tus gemidos;
puedes irte con ellas,
o volver 
y seguir volando,
ya me entiendes




domingo, 19 de abril de 2015

busco, no miro; observo

He visto a las olas
moldearse para llegar hasta tus lunares,
y tener algo 
de lo que beber,
de vez en cuando,
cuando en vez de vencer,
venga bizco de victorias,
en lo de nadar 
más hacia mis destrozos.
He bailado 
mudo de caricias,
al son de una letra sin acordes,
sin cuerdos 
ni cuerdas
acordando de por medio;
con miedo de no saber
contar más allá 
de tus cataratas.
Ya sabes. 

Seguiré pintando puntos de auxilio
en cada una de mis batallas,
y no cerraré la puerta 
a las heridas 
que piden libertad 
encerradas en tus dudas;
como un futuro
clavando sus uñas
en mis destinos,
mirando para atrás sin espejos
de por miedo;
como un mar de pieles
sin una lluvia
que las acaricie
cada vez que naden ausencias
en sus derribos.

Sigo buscando un océano en calma,
un futuro en llamas, 
o un destino libre,
acorde a nuestro mar de dudas
en el que siempre 
quise hundirme contigo. 


jueves, 16 de abril de 2015

es así

No puedo separar la arena del castillo
con tu ropa de por medio.
Puedes quitártela y volar,
o bailar entre sudores.
Ya sabes.
En tus huecos,
las cartas barabajaban cataratas
y suspiros,
a modo de as en la manga.
Lo siento 
por todos los mares del universos,
hoy las prosas nadan contigo. 

Y desde aquí le doy cuatro errores
de ventaja
a los escalones que hay que bajar
en los escombros de mis miedos.
Y les gano.
Que se jodan. 
A estas alturas,
me das tanto vértigo,
como ganas de tirarme. 

martes, 14 de abril de 2015

lo confieso

Despierto casi muerto
y medio ciego, 
a tres acordes
y dos borracheras
de tus andares. 

Me remuevo
entrelos pedazos de la almohada,
buscando el palpitar del océano
después de cada sueño 
en que no estás. 
Comosi caminara
por un desierto de luces
y no pudiera dejar de ver
tu universo de estrellas desnudas
acariciándome las pesadillas,
sonriéndome las torceduras
de mis errores por tus curvas. 
Como si cada recuerdo
me mirase los destrozos
hastaverme hundir,
hasta apagarme, 
y hubiera un cielo 
de silencios,
a modo de caricias,
haciéndonos creer 
que nuestro calor,
puede llegar a mimarnos las mañanas. 

Déjalo.

Los nogales ardiendo
llegan a un punto
que son cenizas,
y nosotros
el olor de sus ramas. 

Imaginé construir nuestro castillo
de arena
en medio de la playa,
y que las olas 
nos besaran los atardeceres;
que tú volaras entre mis versos
y por todos los metros cuadrados
que separan mi boca de tu ombligo. 

Y éso he pretendido todo el tiempo.

Ya ves.
Ahorame despierto
contu nombre enmarcado
en cada ojalá.
Y ojalá, 
mañana, 
seas tú quien me despierte. 








lunes, 13 de abril de 2015

quéhaceres

Voy a disipar los escombros
que forjé en cada paso,
para no temer al cielo
cada vez que lluevan versos.

Ojalá pudieras escucharme.

Yo hablaré de buceos
con olor a fracaso,
de mañanas que no se han despertado,
de ayeres que nunca han sido.

Ando al borde de caer por el bordillo
y decirte que tropieces. Con mis caídas.
Que tengo las heridas aún abiertas,
y tú el ticket al más puro amanecer
por mi ventana.

Que la asfixia de mis pieles
a no encontrarte,
está llegando a las raíces
de tu ausencia.

Y te recuerdo
como el mar en calma
en que conocí a la suerte desnuda;
como un camino de sudores
envasados a tus sendas,
o un suspiro en mitad del maremoto,
a modo de revolución entre las piernas.

Voy a absorber la esperanza,
a encerrar los refugios de esperarte,
a refugiar los encierros de mis errores
a errar la fugacidad de mis miedos,
a carecer de miedo a tus temores.

Tú sigue volando como lo haces,
que yo seguiré envidiando al cielo.

domingo, 12 de abril de 2015

entonces

Hubo veces que llené de olvidos los rincones 
que proclamaban libertad en mis pupilas, 
y les dí recuerdos 
para que se empaparan de magia. 
Viví de cuentos sin final, 
y calculé cuántos sueños me llevabas de ventaja
en aquello de volar más hacia arriba.
Soñé con rejas entrelazadas 
por la decisión de cada mirada, 
y conocí los pasos de cada error 
en aquellos que no avanzan. 
Hubo veces que miré las huellas de cada pared
que sabían a miedo sus escamas. 
Imaginé a qué olía cada palabra 
que tocabas con la punta de tus dudas,
y fijé los orgasmos en los espejos de mi almohada. 
Decidí sacarme cada cristal roto
con tres minutos de tu ausencia,
y aquí estoy, 
echándote de menos. 
Compré un refugio de recuerdos
que ataron mis heridas como cuerdas
para que nunca se cerraran. 
Enseñé a mis vuelos a planear
sin el olor de tus mañanas, 
y escondí en los huecos que dejaste,
las plumas sucias de mis resacas.
Vi un deseo fugaz
y pedí una estrella,
así,
no sólo fue tu ausencia 
la que brilló. 

viernes, 10 de abril de 2015

universos de unibesos.

Escuché por un momento 
los estanques del pasado 
que me llamaban para volver. 
Sólo aquéllos que volaron para ver el mar, 
saben que el suelo está mucho más alto de lo que pisamos; 
sólo los que cayeron por encima de su cielo, 
entienden 
que el fuego puede helar las dudas 
hasta hacerlas opacas. 
Pido perdón al destino, 
por jugar con sus culpas y mis destrozos, 
por crear el futuro del olvido 
y alimentarlo con mis miedos. 
Joder. 
Sólo quiero correr el riesgo 
de regar el ruido de tus corridas 
en el quiebro de raptar las grietas en rama 
con tus dudas en la lengua. 

jueves, 9 de abril de 2015

(h)el-arte de ausencias

No sé si es tu sonrisa la que sale para ver al sol, 
o viceversos. 
El día menos pesado 
me pongo a disolver los tejidos de la piel; 
ponernos verdes a modo de semáforos, 
y pasar 
de todos los días en rojo que no pasamos
por esperar la señal de la linea de salida. 
Y corrernos.
Y pintarte un océano de papel, de esos pequeños. 
Metro setenta de excusas para pasarme vida y media dentro de tí, en el sitio perfecto: justo en medio de tus labios,
con vis(i)tas a tu ombligo,
y en primera fila de tus muslos. 
Ahí aprendí a escrivivir,
jugando a la rayuela en tu cuerpo.